Debemos salvar los archivos municipales Milagros Contreras Dávila Directora de la DPP. Archivo General del Estado Mérida En diversas oportunidades, el Archivo General del Estado Mérida ha tratado de estimular a los alcaldes a rescatar y organizar los archivos municipales. Ha habido un entusiasmo inicial que luego se evapora, sin que se vislumbre una decisión que se corresponda con la responsabilidad de salvar ese patrimonio histórico. Una visión desapasionada nos lleva a una sola conclusión: la mayoría de los archivos municipales de la entidad federal se guardan en ambientes no aptos desde el punto de vista de la conservación, generalmente junto con objetos inservibles, expuestos a un continuo deterioro, sin tener en cuenta la fragilidad del papel. De continuar esta situación, a quién reclamarán nuestros hijos, nietos y bisnietos la desaparición de los documentos municipales? Porque, seguramente, ellos analizarán mejor que nosotros la importancia de la información que proporcionan esos documentos. Por tanto, es absolutamente necesario reflexionar sobre la necesidad de escribir la historia de los pueblos, para lo cual los gestores públicos deben tener un mínimo de sensibilidad que les permita virar la cara y el corazón hacia los repositorios documentales y decidir salvarlos para la posteridad, tratándose de un componente importante del patrimonio cultural de la entidad federal. Se imponen medidas urgentes para recuperar esos documentos, en primer lugar, contratar personal capacitado o que deseen capacitarse en Archivística; al efecto, el Archivo General del Estado ofrece cursos de organización de archivos centrales y de oficina. Algunos empleados aplican en sus oficinas métodos alejados de las técnicas modernas de organización, pero que funcionan para localizar, al menos, alguna información solicitada por los usuarios. Lo importante es entender que conservando esos documentos se resguarda parte importante de nuestra memoria histórica. A la hora de guardar documentos oficiales, los locales deben tener buenos techos, evitando el asbesto y el zinc porque causan terrible deterioro al papel; si es posible, con ventanas interiores que impidan, en cierto modo, la entrada de polvo, monóxido y humedad en días lluviosos. Quiere decir que los archivos necesitan espacios adecuados, por lo que a la hora de construir inmuebles para las alcaldías, se debe prever con visión de futuro un sitio adecuado sólo para el funcionamiento del archivo municipal. Para guardar y proteger los documentos se recomiendan los archivos rodantes llamados “archimóviles”; de otra manera, estanterías metálicas de buena calidad y unidades de conservación comúnmente llamadas, “cajas de archivo”, fabricadas con tal propósito”. Debemos recordar que una sociedad organizada debe contar con una memoria escrita accesible a todos los ciudadanos y que aporte elementos para conocer y reflexionar sobre el pasado y el presente.

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